Los integrantes de la banda Chingadazo de Kung Fu nunca se imaginaron que esa broma, la excusa para echar desmadre y tomar cerveza; llegaría tan lejos y abarrotaría el Lunario del Auditorio Nacional con un Sold Out. Junto a invitados, amigos y familiares organizaron la noche más importante en su carrera musical.
Las puertas del Lunario abrieron para todos aquellos que, con boleto en mano, se dieron cita desde antes de las 7 de la noche; y, como agradecimiento, fueron recibidos con el nuevo disco de la banda, Me Pongo Hasta la Madre porque Estoy Hasta la Madre. Chingadazo de Kung Fu reventó el escenario hasta las 9 de la noche y, mientras eso sucedía, nadie tuvo que esperar en el aburrimiento, gracias a las bandas que calmaron las ancias de todos los asistentes.
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Seis Pistos fue la primera banda que salió al escenario para demostrar que el tiempo no pasó en vano y , después de 20 años de carrera musical, aún tienen la fórmula para hacer sudar a cualquiera. A pesar de que, para ese momento, el lugar no llegaba a su máxima capacidad; el vocalista de la banda, Iván Chavero, bajó del escenario para hacer vibrar el piso con todos aquellos que le seguían el ritmo.
Posteriormente, cedieron el escenario a NadiËscucha, nuevo proyecto del ex Pxndx, Ricardo Teviño. Aprovecharon el excenario para hacer reventar a los que coreaban sus canciones y callar a los que pedían canciones de Pxndx como burla.
Finalmente, minutos antes de que dieran las 9 de la noche, el el lugar cayó en completa oscuridad y la luz de un reflector alumbró la batería de Alberto Castro. Todos sabían que era el momento para poder ver a la banda de la noche y, en unísono, se escuchó el coro de “No Me Importa”. De pronto, inició un video con clips y fotografías de los integrantes de Chingadazo de Kung Fu para recordar la trayectoria de la banda, hacer presente a la nostalgia e inyectar ánimo en los asitentes; que, con gritos y entusiasmo, recibieron los primeros guitarrazos de “#IMAPE”. En el fondo las iniciales de la banda, CHDK, y del lado derecho una bandera arcoriris LGBT+. Al finalizar la canción, Marino Pérez agradeció a todos por estár ahí y recordó el primer concierto de la banda, en el que tocaron para 50 de sus amigos; también de lo mal que la pasó con su ex esposa y anunció la siguiente canción, “Rehab”.
Después sonó “Azul Turquesa” que, desde los primeros acordes y con su atmósfera veraniega, hizo volar al Lunario. Con “Intento Fallido No. 7” dieron la bienvenida a los primeros invitados de la noche. Chucho Tormenta, en la guitarra y Lalobilly, en el contrabajo; de la banda Los Pandilleros, se encargaron de hacer brincar a todos, con la canción que dió inicio a la historia del Chingadazo de Kung Fu.
Continuaron con “Sexo Anal con Hipster (Por Detrás)” y dieron paso para homenajear a bandas que admiran. Iniciaron un pequeño segmento de covers. Recordaron a la banda argentina, Embajada Boliviana, con “Pobre Corazón”; y solicitaron la presencia de Pepón, miembro de Seguimos Perdiendo, para tocar “Nena Boba”.
Sin intenciones de predicción, entre gritos y euforia, tocaron “Nena, la Fiesta Terminó… (Las Zorras de Alex)” para decir que la noche continuaba; y lo hizo con un invitado, al que le agradecieron que los impulsara a tocar por toda la republica. Los gritos crearon la ráfaga para dar la bienvenida a Lng Sht, quien le dió el toque especial a “No Me Importa”, y logró mover a todos hasta hacer temblar el piso del lugar.
Por un momento, la banda se despidió y todo regresó a una profunda oscuridad. Comenzó un video y el público le dirigió toda su atención. Algunos gritaron de felicidad por verse en la pantalla, pues el video estaba compuesto de covers hechos por los seguidores. Todos distintos, pero interpretados con orgullo.
De pronto, la luz regresó al lugar y habían tres personas en el escenario simulando tocar, pero no eran Marino, Alberto y Alejandro; sino sus padres en el instrumento de sus respectivos hijos. El lugar se llenó de aplausos, como agradecimiento por haber engendrado a tan grandes personas. La banda subió y para una escena llena de amor y agradecimento hacia sus progenitores por apoyarlos en todas sus locuras. Además, sin olvidarse del apoyo maternal, Marino abrazó y lloró un poco con su madre, quien fue la razón por la que escribió “3 de Noviembre (No me Agüito)”, día del cumpleaños de su madre. Todo para obtener más anímo y tocar con más fuerza.
“Asunto Pendiente (Mi Playera, Tu Pijma)” y “Epitafio” fueron las canciones siguientes que retumbaron el lugar. Esta última, la presentaron como una carta de agradecimiento a sus padres, por estar siempre para ellos.
Acto siguiente fue “Todo está de Lujo (Son Chorizos)” y le dieron la bienvenida a quien, a pesar de no caerle bien a Marino, en un principio, se convirtió en el productor del nuevo disco. Erick Canales, de Allison, se unió para tocar “Tú No Me Dices Qué Hacer (Oblígame Perro)”. Y, después de despedir a su invitado, continuaron con “Tabique de Oro” e hicieron una supuesta despedida. Las luces bajaron, pero los técnicos se dispusieron a hacer ajustes en los instrumentos, en vez de retirarlos; razón por la que nadie se atrevió a moverse de su lugar.
Minutos después, la banda regresó para tocar “No Te Voy a Regresar Tu Apple Tv” y hacer un cierre triunfal. Animaron a todos sus invitados para subirse al escenario y acompañarlos en “No lo Tomes a Mal (No Me Toques, Ando Chido)”. Alejandro Mendoza pidió que se abriera un circulo en el centro para formar un Wall of Death, al que se unió Ivan Chavero y Lalobilly. Tanto el escenario, como la pista se llenaron y vibraron. De esta manera, Chingadazo de Kung Fu cerró la celebración de su supuesta broma, junto a sus amigos y familiares.
Fotografía: Emmanuel V. Molina.