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La muerte del primer punk: Sid Vicious

La muerte de Sid Vicious es quizás una de las más polémicas y misteriosas dentro de la industria musical. En 1979, el ex bajista de la banda más polémica de esa época, Sex Pistols, fue encontrado sin vida en la ciudad de Nueva York. Una aparente sobredosis fue la causa oficial de su deceso. Su fallecimiento daría fin a la primera época gloriosa del punk, una de vicios, excesos, sexo, rebeldía y búsqueda de identidad. John Simon Ritchie (nombre real de Sid), llevaba para el momento de su muerte un año intentando retomar su carrera musical tras la separación de los “Pistols“. Durante ese tiempo acompañado de su inseparable Nancy recorrió un camino de excesos que lo terminaron por llevar a su deceso prematuro.

Tan sólo un par de años antes Vicious gozaba de una fama prematura al formar parte de la banda del momento. Los Sex Pistols habían irrumpido en la música con canciones provocadoras formadas por tres acordes que despreciaban la complejidad de las melodías de 20 minutos del rock progresivo que en esos tiempos se encontraba en boga. Este nuevo género se le dio nombre de: punk, palabra despectiva que se usaba para describir a los vagos que en esa época, por la falta de empleo, inundaban las ciudades británicas incluyendo Londres de donde eran originarios los “Pistols”.

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Al principio Sid no formaba parte de la banda y sólo era un fan más del sonido duro y sucio del cuarteto. Fue hasta la salida del bajista Glen Matlock que el manager y creador del grupo: Malcom McLaren, insistió para que lo incluyeran ya que, según él, Vicious representaba todo lo que quería reflejar en los Sex Pistols: rebeldía, nihilismo y desprecio por las normas y leyes establecidas.

 Falta talento: ¡qué importa!

Desde que Vicious entró en la banda quedó más que claro que no tenía ni idea de como tocar un instrumento, no importaba que se tratara de sólo unas líneas simples de bajo, Sid era incapaz de enlazar dos notas seguidas. Esto se veía compensado con su actitud dentro del escenario. Famosas eran sus presentaciones en las que salía con el torso desnudo lleno de cortadas auto infligidas. O con una chamarra de cuero con parches con esvásticas nazis de un lado y del otro la “hoz y el martillo” comunista, las dos ideologías que los británicos llevaban peleando durante las últimas tres décadas.

Pero la provocación no se quedaba en parches y cortadas. Durante sus shows agredía a la audiencia, los retaba a contestarle y en más de una ocasión recibió respuesta a modo de escupitajos, golpes e incluso, una vez, un botellazo, el cual impactó en su cabeza, dejándolo sangrado pero no impidiendo que el show continuara, al fin y al cabo, de eso se trataba: llevar las cosas al límite, provocando la ira de sus seguidores.

Durante su última aparición en vivo en 1978, en la ciudad de San Francisco, esa magia había desaparecido. Las drogas, en específico la heroína, habían hecho lo suyo y destruyeron a la estrella en acenso. En esa última presentación, el carisma de Vicious no existía, se le notaba ido, sin voluntad, provocando el enojo de sus compañeros desembocando en el fin de la banda más importante en la historia del punk. Para terminar el show, Johnny Rotten, vocalista y alguna vez mejor amigo de Sid, pronunció una de las frases más famosas en la historia del rock: “¿No sienten que han sido estafados?”, reflejando el enojo que sentía con su compañero de batalla.

El principio del fin

Una vez que Sex Pistols se desintegró, Sid se puso como misión convertirse en el nuevo héroe del rock. Impulsado por su amada Nancy, se mudó a Nueva York donde se puso en contacto con la escena punk de Manhattan basada en el legendario foro CBGB’s. Vicious pensaba que su nombre bastaría para lograr el éxito. Lo que no sabía es su problema de drogas le había arrebatado aquello que lo había llevado a formar parte de los “pistols”: su carisma.

Sin carisma, sin talento, lo único que le quedaba era gastarse el dinero de las regalías que recibía de su antigua banda, llevándolo a una espiral de autodestrucción junto a su inseparable Nancy.

La groupie más odiada

Para este punto se preguntarán: ¿quién es esa Nancy que tanto mencionas?

Nancy Spungen llegó a Londres en 1976 proveniente de New York donde había intentado iniciar una carrera como modelo pero en lugar inició una profesión como stripper, prostituta y, después, groupie de bandas de rock.

Al llegar al Reino Unido conoció a los Sex Pistols y de inmediato fijo su atención en el vocalista Johnny Rotten, sin embargo, según cuenta la leyenda, éste la rechazó y se la presentó a su amigo Sid, con la esperanza de que él también lo hiciera, no fue así.

Sid y Nancy empezaron una de las relaciones más problemáticas en la historia del rock. Se dice que Spungen le presentó a Vicious la heroína, aunque otras fuentes dicen que él bajista ya se inyectaba desde la adolescencia. Como sea, Nancy se convirtió en una especie de Yoko Ono, metiéndose en las decisiones de la banda, incitando a Sid a tomar un lugar más importante en el grupo y proclamarlo como suyo. Después de la separación de los “Pistols“, fue Nancy la que convenció a Sid de que no necesitaba a nadie más que a ella y que juntos podían hacer lo que fuera o morir en el intento.

Pacto mortal

Existen muchas versiones acerca de la muerte de Sid y su amada Nancy, pero en este caso contaré la que me agrada más.

El 12 de octubre de 1978, un aturdido Sid Vicious se despertó aturdido tras una noche de fiesta. De inmediato se da cuenta de la ausencia de Nancy, desconcertado se para al baño y la encuentra apuñalada, muerta. El punk, que no podía creer lo que sus ojos veían, sale gritando por los pasillos del Hotel Chelsea en Nueva York, en el cual había estado viviendo desde hacía varias semanas. Los empleados llaman a la policía y de inmediato arrestan al ex bajista. No había más sospechosos.

Se dice que en la noche de la muerte de su amada, los dos punks se dan cuenta que el mundo no los comprende, no les da la mínima oportunidad de triunfar sin traicionar sus ideales. En ese momento, Nancy le pide a Sid que la mate con un cuchillo de caza que él poseía. En un pacto de amor, él tenía que asesinarla y después terminar su propia vida ingiriendo un veneno mortal a través de sus venas. Pero algo salió mal, el veneno no lo mató, en lugar de eso Vicious fue arrestado y obligado a dejar la droga. El salir de prisión era la única oportunidad de cumplir su promesa y no esperó ni 24 horas.

El 1 de febrero de 1979, Sid salió bajo fianza gracias a que la disquera de su ex banda paga cientos de miles de dólares para sacarlo de la cárcel. Vicious hace una fiesta, habla de su futuro a sus amigos, no cree ni una palabra. Al retirarse sus invitados, inyecta en sus venas una dosis letal de heroína, la droga que Nancy le había presentado. Muere en la madrugada del 2 de febrero,

La madre de John Simon “Sid Vicious” Ritchie incineró su cuerpo y lo roció en la tumba de su amada para que pudieran unirse en un sólo individuo, para siempre.