El disco empezó a gestarse hace unos 15 años con la idea inicial de ser un álbum de 30 aniversario de La Búsqueda. La primera intención fue grabar media docena de obras inéditas y combinarlas con un puñado de versiones de viejas canciones de la banda, con visiones renovadas. Sin embargo las circunstancias personales que rodearon al proyecto, incluida la rotura de la grabadora de 24 pistas donde se almacenaban los audios y la pérdida de parte de los mismos, provocó un parón considerable de más de 2 años. Tuvieron que rehacerse las pistas, regrabar gran parte de las tomas y arreglos y como todo en la vida, el proceso sufrió un profundo proceso de transformación. Un par de versiones grabadas fueron desechadas y cada vez fue ganando más terreno el contenido inédito dentro del disco.
Francisco Albéniz, el compositor de la banda, que había trabajado durante esos años en la composición de innumerables bandas sonoras para documentales, decidió darle un giro de 360 grados al proyecto. Imaginó un disco más experimental a modo de juego de divertimento por imaginar el “Sgt.Pepper’s” que nunca tuvo la música latina. Un viaje sin apenas silencios, interludios instrumentales, ecos de bandas sonoras en épico technicolor, transitando por desiertos cegadores, expediciones por la India y el viejo Mediterráneo, al pulso de ritmos populares pre-flamencos y que ante todo reivindicara la belleza tan denostada por algunos acérrimos amantes de la post-modernidad.
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“El Desierto tiene 2 caras, su lado inhóspito y cegador, que prueba los límites de resistencia del ser humano y, por otra parte, ese lugar que nos invita al encuentro con nosotros mismos en soledad, donde meditar las grandes decisiones de nuestra vida y reencontrarnos con nuestra esencia. Occidente tiende cada vez más a huir del dolor sin aceptarlo. La letra de “El Desierto de tu Soledad” invita a la transmutación que proponían antiguos alquimistas, sabios y hombres que dieron su vida por una causa justa, “darle la vuelta a la tortilla” y sublimar el dolor y convertirlo en esperanza.” – Fco Albéniz (compositor de la canción)
Conscientes de que el rock y el folk se estaban vendiendo y “troceando” digitalmente, el grupo planteó una obra anti-modas y contrarevolucionaria, sin importarle en absoluto el grado de paciencia de oyentes que viven aceleradamente y que no se detienen a saborear los pequeños momentos de la vida.
El resultado ha sido aunar todas las sonoridades conocidas, cuartetos de cuerda, bases clásicas de rock en su más amplia dimensión acústica y eléctrica, electrónica, samplers, instrumentos antiguos y étnicos, silbidos al más puro estilo “western“, trompetas mariachis, etc, con la intención de crear, eso sí, un álbum eminentemente “orgánico”. La versión CD de Luz, arena y llanto contiene más de una hora de música y es muy probable que en otoño aparezca una versión de disco doble en formato vinilo donde puedan escucharse 3 canciones extras totalmente inéditas.