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Kaydy Cain: De la calle al amor

Recuerdo muy bien la primera vez que vi a Kaydy Cain. Me sorprendió su desfachatez, su tatuaje de beso en la cara pero sobre todo su aparente felicidad. El tipo viene de la pobreza y, según sus palabras labradas en sus numerosas canciones, se dedicó a robar y vender droga antes de encontrar su camino como rapero y reggaetonero. En esa ocasión, en 2015, me dijo que se había tatuado la cara para demostrarles a sus compañeros de banda que iba en serio.

Un año después Pxxr Gvng, la banda de Daniel Gómez (nombre real de Kaydy) regresó a la ciudad. Una vez más tuve la oportunidad de entrevistarlos en su habitación de hotel. A la cita solo salió su compañero Yung Beef, mientras Cain se quedó en su cama. Una vez más lo vi sonriente, “es que este tipo no será falso”, pensé, nadie tan feliz puede salir del barrio. Justo pasaba ese pensamiento por mi cabeza cuando la puerta del baño se traba, Daniel había dejado la llave de la tina abierta. De pronto su cara se transforma, pide que llamen a alguien para que les ayude, de pronto voltea hacia donde estábamos nosotros (Yung Beef, una colega mía y yo). Frente a nosotros había mariguana, cocaína y pastillas, se da cuenta que no puede llamar a alguien, voltea y a punta de patadas abrió la puerta del baño. En su cara había furia, nos vio y regresó a su sonrisa habitual. Ese es Kaydy Cain.

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Hoy, una vez más tengo la oportunidad de hablar con él, esta vez por teléfono. Mucho ha cambiado en este año y medio. Pxxr Gvng se convirtió en Los Santos y después se ha mantenido en pausa. Sus tres integrantes se enfocaron en sus carreras solistas, cada quien explotando sus propio estilo:

“Es cierto que somos diferentes. A mí me gusta todo tipo de música pero siempre me ha llamado más el rollo latino: la bachata, la salsa y, obvio, el reggaeton”, me dice después de negarme, como seguro ha negado mil veces desde hace un año que Los Santos han desaparecido del mapa: “Seguimos haciendo cosas juntos, los que pasa es que ya no tenemos la necesidad de ser una banda pero seguro pronto nos reuniremos en el estudio de nuevo”.

A diferencia del resto de sus compañeros, Kaydy no le llama mixtape a su último material Calle Amor, el cual salió el año pasado. No, para él esto es un disco ya que no solo es un compilado de canciones, todo track está pensado para este material, mismo que pasa por el trap pero que en su mayoría incluye reggaeton, merengue, bachata y hasta salsa. Pero lo más relevante es que las letras están muy alejadas de la realidad callejera, o al menos la mayoría de ellas:

“Creo que eso se debe al momento actual de mi vida. Por primera vez creo que tengo todo lo que quiero: puedo comer y fumar bien. No me tengo que preocupar por llegar a fin de mes o incluso por el mañana. Antes se trataba de conseguir para comer ‘hoy’ y ya mañana veíamos cómo le hacíamos. Un día a la vez.”

Eso es cierto, Daniel no tiene porqué preocuparse por eso. Tampoco ambiciona riqueza, para él la vida perfecta es la que está teniendo en este momento. Sin embargo admite que el barrio sigue dentro de él. Quizás la canción que más represente esta ambigüedad en su vida es “Perdedores del Barrio”, canción que contiene una serie de referencias al rapero C. Tangana, razón por la cual ha llamado bastante la atención entre los seguidores de ambos.

Sin embargo, lo que más me llama la atención de la letra es que, si bien es clara en su mensaje, en ningún momento recurre al típico insulto del barrio. De hecho en más de una ocasión parece más un discurso en forma de consejos: “Yo estuve antes que tú, yo eso ya lo viví… Dejame darte un consejo: el ego te va a matar… En la calle sí hace frío y cuando mueras no te abrigará ese abrigo.” Estas y otras frases reflejan a un Cain más maduro pero que aún le quedan ganas de conflicto, aunque lo haga a través de la música:

“Es muy difícil sacar al barrio de uno”, me cuenta, “a penas me estoy adaptando a una vida tranquila, hace tres años a penas lográbamos empezar a vivir de esto, eso quiere decir que gran parte de mi vida viví con la preocupación de cómo le iba a ser para comer, sin embargo te puedo decir que la mayor parte de mi tiempo se la dedico a la música y a fumar”.

Existe otra cosa que ha cambiado en estos años. Kaydy Cain va por su segunda gira latina como solista y su cuarta si cuentas las dos que tuvo con Pxxr Gvng.

“Lo principal que ha cambiado es que le he perdido el miedo al avión”, me cuenta mientras se ríe, “se vuelve más fácil, la primera vez no lo podíamos creer, teníamos contactos en México pero no muchos. Hoy, gracias a Dios ya tenemos muchos amigos allá y nos sentimos más cómodos”, curioso que hable en plural, pues ahora viene por primera vez a México en su faceta solista, eso me lleva a preguntarle si se le ha dificultado pararse en el escenario solo:

“Pues más bien lo que más me ha costado trabajo es la nueva dinámica en el escenario, antes triábamos las pistas con voz y nosotros solo cantábamos por encima. Ahora sí estoy cantando yo lo cual es un reto. Yo soy un cantante frustrado, que me convertí en rapero para poder expresarme, así que sí, es complicado”.

Por último y al percatarme que en España probablemente sean las 2 de la madrugada, le hago una pregunta acerca de su relación con nuestro país, su respuesta me decepciona, no por mala si no porque la había escuchado ya en otra entrevista, sin embargo recataré una frase que me gustó: “México, después del temblor, de día reconstruía y de noche perreaba”. Cierto.

Por lo pronto Kaydy Cain hará una gira por tierras aztecas, presentándose en CDMX el próximo 4 de mayo en Versalles 64.