¿Cómo un chico originario del barrio, con actitud de vándalo y sin un claro dominio del lenguaje se convirtió en la referencia del rap en español?
Fernando vivió la mayor parte de su vida en pobreza. Trabajó lavando platos hasta que decidió salir a la calle a ganarse la vida. Según sus canciones vendió droga y robó para poder subsistir y llegar al final del día. Después empezó a rapear y, aunque no es muy bueno en el lenguaje fue lo suficientemente hábil para generar un estilo propio, estilo con el que marcaría a toda una generación de raperos que se alejaron de la parte tradicional del hip hop y adoptaron nuevos sonidos salidos de Atlanta formando lo que sería una sólida escena trap, llegando a influenciar a gran parte del mundo de habla hispana.
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Años después formó, junto a Kaydy Cain, Khaled y Steve Lean, Pxxr Gvng. Su primeros temas los subieron a Youtube y esperaron lo mejor sin darse cuenta que la crisis había provocado que un público que antes no conocía la carencia, lograra crear empatía con sus temas. Llamaron la atención de Sony, negociaron los derechos de un primer disco en el cual no pusieron ningún empeño y sin embargo fue un éxito: “Se trata de la mayor estafa que se la hecho a la industria en España y ni se dieron cuenta”, comentó Fernando en una entrevista; “la verdad es que aprendimos mucho pero fue un mal trato, no lo volveríamos a hacer”, me confesó en una plática en su hotel a finales del 2016, durante una visita con Pxxr Gvng. Al final, me parece, se trata más de un punk que recuerda a la actitud de los integrantes de Eskorbuto: desfachatado, desinteresado en su entorno. No le importa nada que no tenga que ver con su arte, o al menos hasta ese momento.
Yung Beef no es un tipo guapo, ni atractivo fisicamente, al menos no bajo los estándares que regulan la sociedad. Sin embargo fue modelo de Calvin Klein y desfiló en la fashion week en Paris, a la vez que su cara se pudo ver hasta en el metro de Nueva York. Eso es impresionante ya que sin buscarlo penetró una industria que tiene características clasistas, en donde esos estándares son la ley que rige a sus vidas y en medio de todo eso, un chico pobre (como gusta llamarse), con dientes chuecos y amarillos, olor a mariguana y actitud desafiante se reía de ellos:
“Lo único que me gustaba eran las fiestas, esa gente no me mola. Nos veían como si no pudiéramos pertenecer a ahí, pero nosotros nos reímos más fuerte al final”, me dijo en esa plática de 2016.
Justamente fue en el año 2016 que su vida dio un giro con el nacimiento de su hijo Romeo. En la canción se muestra ese lado sensible, dándole lecciones de vida y asimilando el hecho de convertirse en padre: “Es verdad que un bebé trae un pan debajo del brazo, tú me ayudaste a centrarme y yo te ayudaré a ubicarte”, dice en uno de sus versos “La primera regla es amar siempre a tu mamá… Voy a enseñarte que el dinero no compra felicidad”, dice en otros. Este es el momento más personal en la carrera de Fernando y uno de los únicos en el que deja la rudeza de la calle atrás o casi ya que también le menciona las reglas de la calle: “No hablamos con policías, fumamos mariguana y vendemos cocaína”, sentencia en otro verso, en pocas palabras, uno podrá salir de la calle pero jamás podrá sacar a la calle de uno. Cuando le pregunté sobre si cambiaría algo en sus letras el nacimiento de su hijo, su respuesta fue clara: “No”, punto.
Playback y otras controversias
Una de las controversias más grandes de Pxxr Gvng es el hecho de que su acto en vivo no era más que una pista en la que cantaban, a veces, por encima. Si bien Kaydy como solista ha cambiado eso, Yung Beef no tiene ninguna intención de rapear en vivo, al menos no sin una pista que le sirva de apoyo. En una entrevista en España aclaró que su show tiene más que ver con una cuestión de destrucción de lo establecido y de performance que de música, lo cual es otra cosa que tiene en común con los anteriormente mencionados Eskorbuto, ya que hay que recordar que, si bien sus shows eran recordados como poderosos, jamás se podrían describir como virtuosos.
Es justamente esto lo que nos espera el 24 de mayo en Versalles 64. Un chico duro pero sensible cuyo interés artístico tiene más que ver con el hecho de destruir paradigmas que de aportar un sustituto a ellos, aunque sin querer lo hizo, cimentando las bases para toda una generación de imitadores, muchos de los cuales cuentan con mayor fama y poder de convocatoria que el propio Fernando. Tal es el caso de C. Tangana, que si bien tiene una carrera mucho más longeva fue hasta que adoptó un estilo similar (aunque más refinado y orientado al pop) que logró tomar notoriedad en la escena hispanoparlante. Sobre este tema Yung Beef no suele expresarse aunque en alguna ocasión mencionó que le parecía gracioso que C. Tangana hubiera tomado el camino del reggaeton cuando seis meses atrás jamás lo hubiera hecho.
Perreo Millennial
Es curioso que uno de los encargados para traer a Yung Beef sea una compañía de nombre Perreo Millennial, ya que no hay mejor de describir el reggaeton que hace Fernando (o Fernandito Kit Kat, como se hace llamar cuando interpreta este ritmo caribeño).
Se que ahorita es normal que aquellos que hagan trap se metan al reggaeton y viceversa. Sin embargo, hace cuatro años, antes de la era Bad Bunny, esto no era del todo común. A la par de Pxxr Gvng, Fernando y el resto de integrantes crearon La Mafia del Amor, con la única finalidad de poner a perrear a todo aquel que se pusiera en frente. Si bien en la carrera solista de Yung Beef no sobresale el dembow, sí forma parte esencial a la hora de llegar a un público que a través de internet re-descubrió el género que en 2014 parecía muerto. Esto quiere decir en pocas palabras: para poder perrear hace cuatro años tenías que visitar Youtube y poner a La Mafia del Amor.
Se supone que el show del próximo jueves será una mezcla de ambas personalidades, la única pregunta es ¿cuál dominará? ¿La perreadora o la destructiva? Tendremos que esperar y ver.