Lo primero que uno se pregunta cuando se escucha una letra de rap es: ¿esto es real? Pues Yoga Fire y Trillhouse te acercan a esa realidad.
Entrar a la casa de la Homegrown Mafia en la San Miguel Chapultepec es irreal. En el lobby te encuentras con un candelabro digno del siglo XIX, apagado, quizás por la hora, quizás porque sólo sirve de ornato.
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Nos abre la puerta Yoga Fire, uno de los capos de la Mafia Homegrown. Sus rimas han servido para poner en el mapa a esta clicka que trafica desde hace años con rimas y beats de trap; el autotune y las drogas son su emblema.
Yoga nos presenta su hogar, no vive ahí pero admite pasar más tiempo en ese lugar que en aquel que alberga su colchón. Además del candelabro antes mencionado, llama la atención la figura de Malverde, el santo de los narcos, que adorna la sala.
Avanzamos, llegamos a una especie de comedor sobre el que reposan envases vacíos de caguamas y restos de marihuana. “Me fui temprano y recogí, pero les valió verga, dice Yoga”, mientras admiramos un papel tapiz con la cara, una vez más, de Malverde.
Esperamos a Trillhouse, el talento más joven de la disquera. Él no rapea, el programa, el crea beats, él produce, su mano se puede notar en los últimos temas del crew, sobre todo “Triste” de FNTXY, que por cierto va entrando por la puerta, saluda, se hace una línea, la inhala y se mete a trabajar en, creo, su próximo disco junto a Bobby Bass AKA Cozy Cuz,pero de eso habrá más tiempo para hablar.
Una vez sentados en la mesa, Yoga y Trillhouse parecen completamente distantes. Más de una década los separa en edad, sin embargo, juntos están creando la música que nadie hace en México.
Empiezo por “Trill”:
¿Cómo fue que llegaste?
“Conocí a Bobby Bass desde hace un buen y el me trajo aquí, me presentó. Empecé produciendo, luego hice beats y ahora, además soy DJ de Yoga, Gogo, Dee, La Trampa, etc.
Su respuesta es formal, así como se lee, suena. Eso parece contradecir la imagen callejera de la Homegrown Mafia, sin embargo, es esa seriedad, esa formalidad, lo que los ha llevado a ser el crew de hip hop más relevante del momento.
Trillhouse es una persona seria, a la hora de trabajar, pero su inocencia y frescura se nota. Con cada palabra se nota agradecido con el simple hecho de estar sentado en la misma sala en la que se encuentran Yoga y FNTXY:
“Yo era fan de ellos antes de llegar, para mí es un sueño tocar con ellos y más hacerles beats o participar en la producción de sus proyectos”, dijo Trill con la mayor humildad posible.
Algo curioso de Trillhouse es que empezó a llamar la atención este año, no como productor (lo cual sería lo lógico), sino por sus sets en vivo. Sin embargo, y a pesar de tener una labor de DJ, él mismo no se considera como tal:
“Yo no soy DJ, para mí BrunOG es o Supremo (Banda Bastón) son DJ. A mí me gustaría llegar a ese nivel antes de considerarme DJ. La verdad me gusta pero por el momento solo me considero como alguien que pone canciones que al resto le gusta”, explicó Trillhouse.
Mientras esta conversación pasa, Yoga se para, busca bebidas energéticas para ofrecer a los invitados; se sienta, escucha, voltea a la pipa y se da un toque, sin dejar de prestar atención. Ese es Yoga, hiperactivo, siempre con hambre, siempre inquieto, pero siempre humilde. Sin embargo presta atención e interviene.
“La onda con ‘Trill’, es que nos volvimos compas antes de trabajar juntos, entonces nos entendió a la perfección y se adaptó a los diferentes estilos de cada uno. También eso nos dio confianza para decirle cuando uno de sus beats valía verga y cuándo no”, completó Yoga.
Nueva generación
Yoga Fire pertenece a una generación que piensa en rap y se imagina a Cypress Hill. Su generación critica a viva voz el uso del autotune y los beats más electrónicos. Sin embargo él se supo separar de eso y logró encontrar su fama callejera a través de beats de trap. La pregunta obligada es: ¿por qué el resto de su generación no entiende esta nueva ola de artistas urbanos?:
“Te lo digo de viva voz. Mi generación vive una cerrazón de la que me escapé debido a que me junto con banda más joven, mi morra, los barberos con los que trabajo, todos son más jóvenes, algunos acaban de dejar de ser adolescentes. Y esta brecha generacional está culera, porque a la vieja escuela le cuesta trabajo romper esa brecha porque no está enamorada de lo nuevo, a diferencia de nosotros que sí lo estamos porque en mi experiencia personal, al ser barbero, estoy siempre en busca de lo nuevo”, explicó Yoga Fire.
Es importante hacer un paréntesis aquí y explicar que además de rapero, Yoga Fire es barbero y diseñador. Sus barbería entra a concursos y sus prendas y accesorios se venden bastante bien. Esto hace que el tipo que en este momento se encuentra ofreciendo mota y bebidas energéticas enfrente de mí pase de ser un “cool guy” cualquiera a un hood Kanye West, uno que no suena en la radio pero suena en el barrio.
Pero bueno, a todo esto, el barrio es caprichoso, el barrio crece, el barrio madura. El público trap no será trap por siempre y Yoga lo sabe:
“Sí, nuestro público es adolescente y en algún momento lo dejaremos de impresionar. Sin embargo, creo que sabremos dar los pasos necesarios para salir adelante, sabremos cambiar de tema. Hay una forma de hacerlo bien. Por ejemplo, Snoop Dogg a veces se ve ridículo, pero ha sabido mantenerse y evolucionado. Igual Jay Z que se avienta un trap que no es un trap”, explicó Yoga.
Trap: Do It Yourself (DIY)
Algo importante del trap es la esencia independiente. No solo la música, la moda también es parte de ello:
“Creo que tomamos mucho del punk a la hora del ‘hazlo tu mismo’. Los morros prefieren hacer su propia ropa. prefieren hacerse un tatuaje en la cara porque el tatuador no les cobra. No se puede hablar trap sin la estética. De hecho lo últimos que hablas cuando hablas de trap es la música. Primero es cómo te ves mientras haces lo que haces”.
Y pues sí, el trap, al menos en México, sigo siendo una industria “DIY”. Homegrown tiene un trato parecido al que tenía la disquera de Happy Mondays y New Order: lo suyo es de ustedes y no hay contrato: artesanal o muerte.
Por lo pronto Yoga Fire y Trillhouse, en sets separados se van a presentar en la fiesta Not Safe For Kids de Venenx, el próximo 1 de noviembre en Bajo Circuito.
Boletos aquí.
Fotos: David Romero by Venenx