Para la mayoría de nosotros, cuando pensamos en el desamor, nos viene a la mente nuestro primer amor. Ese es el que amamos sin control antes de que nos enseñaran a protegernos y a ser cautelosos por miedo a que nos volvieran a herir. Es este desamor el que suele herir más profundamente.
Escribí esta canción sobre mi primer amor/desamor. Aunque han pasado años, una experiencia como esa deja una profunda impresión. Todavía puedo recordar cada detalle como si fuera ayer. Desde cómo solíamos ver Seinfeld en nuestro apartamento de mierda, hasta la primera vez que le dije que la amaba en el Baldwin Park de St. Louis.
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Pero esta canción no solo habla de desamor y un viejo amor. Se trata de sanar y mirar hacia atrás a esos recuerdos y ver la belleza. Eso es lo que es sanar. Con demasiada frecuencia pensamos que se supone que debemos odiar a nuestros ex, pero sanar es recordar por qué amaste a esa persona en primer lugar y desearle lo mejor. El hecho de que no terminaran juntos no hace que el tiempo que pasaron sea menos hermoso. Así que sí, a veces nuestro primer amor es el que más nos duele, pero también puede estar lleno de lecciones.
Reconocí que, sin importar en qué parte del mundo esté o con quién esté, todavía hay una parte de mí con ella en mi viejo sofá en mi ciudad natal, St. Louis, Missouri.
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Desde que Joshua tiene memoria, la pregunta “¿la música te conmueve emocionalmente?” lo impulsó a tomar un bolígrafo, un papel y una guitarra para escribir su propio destino. Pasar cada momento de vigilia en el estudio, colaborar con sus artistas favoritos y escribir canciones sobre desamores, salud mental y la manifestación del amor verdadero es lo que inspira su trabajo actual. La nueva música de Josh es íntima, cruda y abarca la polaridad de enamorarse de alguien que no se ama a sí mismo.